Después de meses de distanciamiento social, los mexicanos, poco a poco, estamos integrándonos a la nueva normalidad. Aunque aún hay mucha incertidumbre sobre qué viene y como participar en la mayoría de las actividades públicas, desde ir a comprar al súper hasta los servicios religiosos, ya contamos con algunos aprendizajes que darán certeza a los próximos meses y, seguramente, años. 

Muchos de estos aprendizajes tienen que ver con los lugares donde vivimos y cómo éstos tienen que ayudarnos a cumplir nuestras expectativas y nuestros sueños. 

  • Aprendimos que nuestra casa donde podamos realizar varias actividades, no únicamente un lugar para llegar al finalizar la jornada. Así, se requieren tanto espacios flexibles, como equipamiento adecuado para que podamos trabajar o estudiar desde ahí. De acuerdo con datos publicados por el diario El Economista, más de 60% de las empresas están considerando aplicar el home office como medida permanente.

  • Aprendimos que para la recreación y esparcimiento es importante tener espacios cercanos donde podamos pasear o relajarnos sin tener que acudir a lugares donde haya mucha gente.

  • Aprendimos que la tecnología es un gran aliado cuando se trata de estar cerca de los demás, por lo que la conectividad de nuestros hogares es cada día más importante.

  • Aprendimos que nuestro hogar debe estar en lugares cercanos a nuestros centros de trabajo, escuelas o servicios, que se puedan hacer en cortos trayectos o a través de medios de transporte no contaminantes, para evitar largos y complejos traslados en transporte público o en auto.  En el mundo, se está discutiendo sobre la conveniencia de espacios más conectados.

Además de estas lecciones, los mexicanos hemos aprendido a lo largo de los años que también, nuestros hogares nos deben dar tranquilidad, la tranquilidad de una construcción con los más altos estándares de calidad, la tranquilidad de que cuenten con espacios donde nuestras familias puedan sentirse seguras, pero, sobre todo, la tranquilidad de comprar en desarrollos sólidos financieramente. 

Con esto en mente, las casas en la nueva normalidad serán un espacio hacia una mejor calidad de vida.