• Espacios comunes para distintos intereses

Los cambios en los estilos de vida y en la conformación de la sociedad están dando lugar a redefiniciones en los conceptos. Uno de los que está encontrando nuevas explicaciones es el término familia. De acuerdo con la clasificación desarrollada por el Instituto de Investigaciones Sociales, en México existen once diferentes tipos de familia, organizados en función de sus integrantes. Las mayoritarias son las familias tradicionales – más de un cuarto de las existentes– y las familias de madres solas con hijos. Sin embargo, hay otros grupos emergentes que van creciendo en proporción como las familias homoparentales o las familias nido vacío (adultos mayores sin hijos).

Esto obliga a replantearnos los espacios necesarios para atender las necesidades y los gustos de cada uno de estos perfiles, brindarles áreas donde puedan desarrollarse y convivir; esto cada vez es más difícil lograrlo en una vivienda unifamiliar. Hoy es importante atender las necesidades de los hijos menores, padres trabajadores o adultos mayores, en un mismo espacio. 

Al mismo tiempo, las ciudades desarrollan complejos donde hay distintos espacios para dar a estos nuevos perfiles oportunidades de combinar esparcimiento, salud y bienestar y trabajo. Así, los conjuntos habitacionales pueden tener un área de juegos, gimnasio, senderos recreativos y áreas de negocios para trabajar sin dejar la casa. En cada uno de ellos, los integrantes de la familia podrán realizar sus actividades sin tener que recurrir a lugares especializados que requieran largos traslados o costos adicionales, como gimnasios o parques recreativos. 

Al mismo tiempo, la diversidad de espacios permite que la familia pueda encontrar espacios a medida que se transforma: unipersonal a pareja sin hijos o de familia tradicional a nido vacío o a familias de un solo padre o compartiendo dos adultos. En estos casos, es posible encontrar una instalación adecuada a los nuevos gustos o necesidades sin tener que cambiar de casa. 

Adicionalmente, tienen a su alcance satisfactores para mejorar su calidad de vida como recreación y espacios para practicar deportes o construir relaciones comunitarias.

Así, las nuevas familias encuentran no solo un lugar para vivir, sino comodidades que se adaptan a sus distintos estilos de vida permitiendo la convivencia.